viernes, 5 de marzo de 2010

Estos días

En estos días han sucedido varias cosas. La más importante e impactante la muerte de la madre de un buen amigo mío, apoyo en momentos difíciles de mi situación. He sentido mucho su pérdida, y el no poder estar a su lado en esos momentos tan tristes en la vida de una persona. Se que con él no tengo que excusarme, pero aún así me siento culpable por no haber hecho más de lo que pude.

También he estado de vacaciones junto a mi mujer. Hemos disfrutado juntos, o al menos eso creo yo. El único pero es que hemos estado sin el "peque", y eso se nota, para bien y para mal.

Y por último, mi visita a mi psiquiatra. Mi psiquiatra es un tipo peculiar, con el que, afortunadamente, he conectado. Creo que fuera de nuestra mera relación médico-paciente seríamos buenos amigos.

Me ha rebajado una medicación, pero me ha prescrito otra por los bajones de ánimo que sufro. Dentro de 2 semanas he de llamarle para decirle como me va.

De momento, aún de vacaciones, estoy bien junto a mi pequeña familia.

viernes, 12 de febrero de 2010

Bueno

Han pasado unos días sin escribir en mi diario. La verdad es que tampoco tenía muchas ganas. He tenido un período de "letargo" mental en el cual no he tenido ganas de hacer nada, si quiera escribir unas líneas.

Ya hace unos meses que me reincorporé a mi nueva tarea en el trabajo. Los primeros días estaba bien, con ánimos e ilusión por "algo nuevo", pero ahora me doy cuenta que todo sigue igual. Es el mismo perro con distinto collar. Los primeros días de "adaptación" fueron duros. Ahí estaba yo, sin hacer nada, sin saber que hacer y viendo como mis compañeros trabajaban en lo suyo. Ahora que empiezo a entrar en faena me invade el miedo. Sí, el miedo. Tengo miedo de fracasar en este sitio, y más cuando el cambio lo solicité yo. No se si llegaré a cumplir como he intentado hacerlo hasta ahora. Lo peor que llevo es la inseguridad. Ahora mismo estoy pensando en una cosa que he realizado esta mañána y que no se si me he asegurado de haberlo realizado bien. Sí, sí, estoy sin saber si lo he realizado bien y lo peor es que está todo el fin de semana por delante. No quiero ir a la oficina y comprobarlo, porque sería caer en el error, pero si no lo compruebo voy a estar con intranquilo y nervioso.

Tengo ganas de llorar, de gritar, pero no puedo caer en eso. Mi familia no se lo merece. Me gustaría ser un "pasota", pero no lo logro. Me gustaría llegar a pensar, "bueno, si lo he hecho mal, pues nada a arrear con las consecuencias y punto". Pero no es tan fácil.

Creo que vuelvo a necesitar ayuda. Estoy deseando ver a mi psiquiatra y contárselo a ver que opina.

miércoles, 27 de enero de 2010

No logro remontar...

Llevo varios años con esto. Me estoy dando cuenta que en el trabajo no rindo, e incluso a veces parece que evito mis obligaciones. En casa no diré que me pasa lo mismo, pero no lo hago con la misma diligencia que antes (o al menos con la que mi mujer quisiera.)

Mi conclusión es que no logro remontar en mi vida. Tengo miedo. No lo puedo evitar. No se, sigo buscando la solución. Espero encontrarla.

lunes, 25 de enero de 2010

El Chungo

Así, de ésta forma tan castiza, denomino al estado de ánimo que me invade cuando un pensamiento repetitivo me rebota dentro de mi cabeza. Me viene algún acto o hecho que he realizado, saco conclusiones del mismo, analizo si fue correcto o no. Por supuesto este último punto lo he de comprobar. Si por alguna razón creo que no fue correcto lo que hice, comienza mi inquietud, mi nerviosismo. Visualizo mil y una imágenes de las terribles consecuencias que creo que me pueden ocurrir. Me derrumbo, me encierro en mi mismo, busco desesperadamente mi tratamiento y... el chungo está, latente, pero está.

viernes, 22 de enero de 2010

La desolación

Días y días me he ido a la cama desolado. La sensación de sentirme agotado pese no haber realizado ningún esfuerzo ha sido y es continua. Me he sentido y siento aún muchas veces inútil, un deshecho y todo pese a que mi entorno me tiene como una persona eficiente. Pero yo en mi mundo interior se que no lo soy tanto. Cometo fallos, y eso para mí es imperdonable. Es tal el esfuerzo que dedico a pensar que puede pasar si descubren que he cometido un fallo, que llego agotado y además con un ataque de ansiedad de mil pares de narices. Deseo que llegue la noche. La noche es liberadora. Cuando duermes nada ocurre, al menos conscientemente. Y eso me gusta. Me he tirado días "dormido" o queriendo dormir para no pensar, para poder descansar del suplicio al que he estado y estoy sometido. Pero no es justo. No es justo para mí. No es justo para mi familia. No es justo para la telebasura, que necesita de mi audiencia para sobrevivir. Por eso intento no dormir tanto, y procuro ocupar mis pensamientos en otras cosas, aunque sean vanales. A veces lo consigo, otras veces no. Entonces llega la desolación. No queda más remedio que buscar consuelo en los brazos de Morfeo.

jueves, 21 de enero de 2010

El fracaso

Ese es mi peor enemigo. El fracaso. Pero ¿el fracaso en qué? Ya he comentado que tengo una familia estupenda, unos amigos inmejorables, un trabajo fijo y remunerado justamente... Mi fracaso es más profundo, al menos así lo entiendo yo. Mi fracaso está relacionado con la confianza, con la confianza en mi mismo, en mis cualidades, en mi seguridad. Cuando ocurre algo que quebranta esa confiaza o que la amenaza aparece el miedo al fracaso, a que lo hecho por mí no haya sido tan perfecto y calculado como yo creía que era. Entonces aparece la ansiedad y el descontrol sobre mis pensamientos. Soy incapaz de disfrutar de nada, de darme cuenta de lo maravilloso que es el jugar con mi hijo, el abrazar a mi mujer, el oler un café, que se yo...
La farmacia ayuda en estos momentos, pero tampoco conviene abusar y por supuesto hay que seguir a rajatabla las indicaciones del psiquiatra. A mi hay una cosa que me ayuda a evadirme, y es algo tan denostado como la telebasura. Parace mentira pero las vanalidades de esa gente vacua de valores, sin otro objetivo en la vida que contar sus miserias, me ayuda a olvidar mis pensamientos obsesivos. En fin, la lectura también ayuda eh que conste.

miércoles, 20 de enero de 2010

Cuando perdí la felicidad.

No puedo poner una fecha exacta a tan fatídico hecho, pero supongo que esto ocurrió a partir del año 2000. El tan temido efecto no produjo ningún cambio en los sistemas informáticos, pero sí en mi forma de ser. Por entonces ya había consolidado la relación con la que hoy es mi mujer. Hasta entonces era feliz, llevaba con tranquilidad y aproba mis asignaturas de psicología, pero... hubo algo que rompió esa quietud. ¿Qué fue? Bueno, por aquel entonces cierto es que se incorporó un jefe que era bastante exigente, aunque a su marcha me mostró su admiración por mí y el trabajo que había desempeñado. En el terreno familiar también he de reconocer que mis padres estaban pasando una crisis que lograron superar... Con mi novia no tenía ngún problema. Ella era mi desconexión total. De todos estos acontecimientos me quedo con lo de mi jefe y un compañero un poco trepa que no supo afrontar un fallo que cometió, y al cual tuve que enfrentarme ante el jefe que he citado anteriormente. Creo que desde ahí esa inseguridad que tanto mi psiquiatra y mi psicologa han señalado se disparó.
Desde ese momento todo fue un cúmulo de disparates ante los cuales yo no era consciente. Tenía que revisar una y otra vez todo lo que había hecho. Recontar documentos, material,... en casa daba vueltas y vueltas al asunto. Incluso en mis momentos de ocio no paraba de pensar en ello. Un día incluso, estando con mi familia comiendo en un restaurante, me excusé un momento, tomé un taxi hasta mi oficina y revisé unos documentos que pensaba que estaban mal redactados y hasta que no los comprobé no regresé a la reunión que me había ya perdido. ¿Había adelantado algo? No. Ahora se que no, pero se que volvería a hacerlo y eso es lo peor.

Presentación

Soy un joven maduro cercano a los 40 años. Tengo un profesión estable en la que siempre quise trabajar, más que por necesidad por vocación, una mujer que me quiere y un hijo adorable. Me llevo perfectamente con mi familia, poseo unos amigos que me apoyan inquebrantablemente, vivo en una casa con toda las comodidades... entonces ¿cómo puedo tener problemas? Pues mire, los tengo. No se exactamente cuando comenzó mi actual situación. Mi psiquiatra y psicóloga dicen que siempre he sido así, pero que algún hecho desencadenante ha provocado la situación que he estado padeciendo, no sólo yo sino mi entorno, durante estos largos años. Llevo trabajando cerca de 20 años en mi profesión, así que supongo que el origen del problema está dentro de la misma. Espero que este blog sirva de ayuda para aquellos que sufran este problema, pero eso sí teniendo en cuenta que siempre deberán tener a su lado los consejos y ayuda de sus terapeutas, sin los cuales no podrán encontrar la solución o al menos controlar esta difícil situación. En fin, bienvenidos a mi diario.